La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alertó este martes de que la seguridad alimentaria de unos 800.000 haitianos se encuentra «seriamente» amenazada después de que el huracán Matthew «devastase» hace dos semanas la mayor parte de los cultivos del país.
«La temporada de siembra de invierno se acerca rápidamente. Los productores agrícolas lo han perdido todo. Si no actuamos ahora para proporcionarles los granos, fertilizantes y otros materiales que necesitan, no podrán sembrar y se enfrentarán a una persistente inseguridad alimentaria», dijo el representante de la FAO en Haití, Nathanaël Hishamunda.
Los últimos informes de los organismos de socorro de Haití aseguran que el fenómeno causó 573 muertes, el desplazamiento de 175.500 personas y la desaparición de 75.
Haití era un país con heridas profundas y muy abiertas: hace ocho meses se enfrentaba a una crisis alimentaria, el cólera diezmaba a la población más pobre, las ONG no daban más de sí y a la corrupción, endémica, se le sumaba la anulación de los comicios en el último gesto autoritario de su presidente, Jocelerme Privert. Todo iba mal, pero las bases de la reconstrucción estaban ahí. Hasta que Matthew llegó para infectar una herida que apenas comenzaba a cicatrizar.
«Si no se hace algo rápido, lo peor vendrá en dos o tres meses», explica desde la localidad haitiana de Nippe el doctor Lesly Michaud, de la ONG World Vision. El país más pobre de América es también el más hambriento. Matthew destrozó la zona sur y este, donde se concentraban las principales tierras de cultivo. El lodo enterró las escasas posibilidades de autoalimentarse, y con ello, la capacidad de reponer unos graneros que quedarán pronto vacíos. «Para enero habrá un acceso limitado a muchos alimentos», sentencia el doctor con cierto desánimo.
Estos recortes de prensa nos dan una radiografía de lo que nuestros hermanos haitianos están sufriendo y lo que es peor, para el próximo mes de enero pintan un horizonte más angustioso, amargo y desolador.
¿Por qué Haití sufre estas calamidades? Algunos, las atribuyen al vudú, estos, no han visto los domingos en la mañana Puerto Príncipe y en todas las ciudades de Ayiti, cuando miles de cristianos caminan por las calles con sus Biblias en las manos para adorar en sus diferentes denominaciones al Dios de los Cielos.
Yo no he visto en las calles de la «cristiana» Norte América tantos fieles en las calles caminando a sus templos, pero si he visto multitudes caminando hacia los estadios. ¡No! Ayiti, (como mis hermanos haitianos llaman a su tierra), no sufre a causa del vudú, sino de la pobreza endémica, de los gobiernos que no tienen voluntad ni programa para sacar a su pueblo del caos.
Cuando Matthew pasó por Ayiti no vino a castigar el vudú, vino a exponer ante los ojos del mundo que la pobreza siempre paga CON LA MONEDA MÁS CARA las catástrofes que los visita.
El Movimiento Misionero Mundial en Ayiti ha sufrido la pérdida de cuatro hermanos, entre ellos una ancianita y tres varones, de ellos, el carpintero que estaba construyendo el templo y la casita para la pastora Suzette Alsaint en el pueblo Fond-des-Blancs.
La pastora Manouchca de la iglesia en Roche à Bateau, viuda con cinco hijos, perdió su casa, quedó en la calle con sus hijos y la iglesia quedó destruida.
Tenemos que reconstruir los templos de:
Oriani,
Boucan Chatte
Roche à Bateau.
Cote-de-Fer
Fonds-des-Blancs
Katichon
Reconstruir una casa de madera, humilde, cuesta entre 1,500 a 2,000 dólares. Dios nos va ayudar a reconstruir nuestros 6 templos, y con la ayuda de todos aquellos que sientan carga por Ayiti podríamos reconstruir las casas que perdieron nuestros pastores, así como la de aquellos hermanos más necesitados.
En mi recorrido en el Océano Índico, pedí las oraciones de nuestras iglesias en las Islas Mauricio y Madagascar, no solo oraron, sino que sin pedirles nada, levantaron una ofrenda para Ayiti. ¡Tremendo! Dios les multiplique y les bendiga.
Nuestro Señor Jesucristo habló acerca de los Matthew y de todas las situaciones como éstas diciendo: «Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.» (Mateo 25.37–40)
El libro de Job nos advierte: Top of Form
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«No diste de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento.» (Job 22.7) «A las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.» (Job 22.9) «Por tanto, hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino; O tinieblas, para que no veas, Y abundancia de agua te cubre.» (Job 22.10–11)
En tus manos está la ayuda para AYITI, Dios te bendiga.
Rev. Alberto Ortega
Supervisor Misionero de Ayiti